martes, 23 de febrero de 2010

Entre sueños....

Cerca de mi cumpleaños número veintisiete comencé a soñar cachondamente con Pedro, un ex novio que me hacía rasguñar las sábanas cada vez que me la metía.
No sé por qué esos extraños pensamientos vinieron a mi cabeza justo cuando me encontraba medio mal en mi relación con Juan, mi actual pareja sentimental. Juan es un hombre complaciente y cariñoso que ha aprendido a atenderme en la cama y a trabajar el orgasmo, no siempre tiene éxito, pero le agradezco el esfuerzo por saciarme antes de eyacular.
Los sueños con Pedro empezaron justo una semana antes de mi cumpleaños. Esa primera vez desperté sudada y muy excitada, me sorprendió recordar con tanta claridad los momentos que años atrás me habían hecho morderme los labios de placer.
Cuatro días antes de la gran fecha se repitió el sueño, lo vi acechándome desde la cocina y con pasos de pantera llegó hasta mí y ahí, en la cocina, me descubrió y mamó los pezones, la sensación era tan excitante que me despertó sentir lo duro que tenía mis chupones dorados.
El tercer día me fui a la cama preocupada y esperando no se repitiera el sueño, pues sentía como que traicionaba a Juan. Después de las tres de la mañana me desperté húmeda, había soñado a mi ex dándome tremendas nalgadas mientras me lo metía por detrás cuando tomábamos una ducha en mi baño.
Sentía cosquillas en mi vientre y debo admitir que esperaba esa noche también soñar con el miembro de mi ex pareja, y así fue. Estábamos en un hotel, él me la chupaba y metía el dedo a mi vulva, yo estaba muy humedecida. Esta vez fui un poco más allá del sueño y me toqué el clítoris para masturbarme e imaginarme su lengua en él. Aunque sentía vergüenza, no le conté nada a Juan, temía que viera mis sueños como una infidelidad.
Un día antes de mi cumpleaños deseaba enloquecidamente volver a sentir ese pedazo de carne en mi cuerpo, deseé que pasara y por fin pude conciliar el sueño. Se hizo realidad y empecé a disfrutar de las embestidas de ese hombre de mi pasado. Hubo de todo, me comió el sexo, se lo comí y me la metió hasta que me hizo arañar mis sábanas no sólo en la fantasía.
Desperté y me masturbé hasta que tuve tres orgasmos, caí rendida entre gemidos y buenos recuerdos.
Llegó mi cumple y me alisté para ir al encuentro de mi novio para celebrar en un antro. De camino al antro me equivoqué de camión y tuve que regresar unas calles caminando para reincorporarme a la ruta. Cuál sería mi sorpresa...
Cual regalo de la vida por mi veintisiete aniversario, en la parada del micro estaba mi ex Pedro. Nos vimos y no pude evitar besarlo. Todo pasó muy rápido y en unos minutos ya estábamos contra la pared metiéndonos las manos por donde se podía, yo estaba muy mojadita.
Me propuso ir a un hotel cerca y yo accedí, quería comprobar si mi destino era tal cual como la película que había pasado en mis sueños. Entramos al cuarto de hotel y me desvistió.
Lo hicimos por más de una hora y media, me hizo sentir repetidos y muy explosivos orgasmos, fue mejor que en mis sueños, pues arañé las sábanas, alfombra, cortina, colchas y hasta muebles que había en esa habitación de sexo desenfrenado. En la última lluvia de semen de Pedro, sólo alcance a escuchar después de un gemido: "¡Feliz cumpleaños!".
Por supuesto llegué tarde a mi festejo con Juan, aunque no me perdí de recibir el falo de mi ex novio bien duro como mi regalo de cumpleaños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario