miércoles, 5 de octubre de 2011

Mojándolo todo...



Para aquellos que aun creen en las infinitas posibilidades del amor y del sexo, les dejo esta letra, que en verdad es una joya.

Mojándolo todo

(Luis Eduardo Aute)

Tendida, con los muslos como alas abiertas,
dispuestas al vuelo… me incitas, me invitas a
viajar, por lácteas vías, y negros
agujeros, levemente desvelados por tú mano
que juega por pudores y sudores enjugando entre
pétalos de carne, el estigma de tu flor
más desnuda, Mojándolo todo...
Mojándolo todo... Volando por universos de
licor. Húmedas llamas los labios que con
tus dedos delicadamente delatas, dilatas para
mí, mostrándome obscena, la cueva
del milagro, por donde mana el líquido rayo
de la vida, incandescente fuente, lechosa lava,
salpicaduras de agua profunda que inunda
Mojándolo todo... Mojándolo todo...
Volando por universos de licor. Mojándolo
todo... Mi boca besando tus labios incendiados se
dispone a beber en tu cáliz de polen y
licor y entre zumos y zumbidos, de olas y alas,
libidinosamente libar el néctar de la flor
de tus mareas... lamiendo la miel salada que te
fluye y quema mi lengua que vibra, lasciva, entre
savia y saliva Mojándolo todo...
Mojándolo todo... volando por universos de
licor Mis alas de cera batiendo combatiendo tu
fuego en oleadas de ardientes espumas y plumas e
ícaro volando tan alto, tan alto... que a
punto de entrar en el jardín del
Edén, fundido su vuelo por tu derramado
sol, cae, como el ángel exterminado, al mar
de los naufragios, Mojándolo todo...
Mojándolo todo... Volando por universos de
licor. Mojándolo todo... Mojándolo
todo... Volando por universos de licor.
Mojándolo todo0o0o0o0o0o0o0o0...

Y si la quieres escuchar en voz del autor, dale al enlace abajo, ojalá y te gueste.


http://www.youtube.com/watch?v=OC5AIacLPMQ&feature=related

Manifestación de pelos...



Perdí la gana de metérsela cuando quedaron frente a mí sus chichis peludas, y de plano se me bajó la reata al ver su ano infestado de pelos. Fue horrible ver esa alfombra de pelos tan cerca de mi lengua.
Dulce siempre había sido mi fantasía sexual, desde que la conocí se convirtió en mi sueño erótico. Sus pronunciados escotes me hacían imaginar sus ricas tetas balanceándose sobre mí, claro, mientras ella me montaba para permitir que mi fierro se le hundiera bien adentro.
Alimenté esa fantasía por meses, hasta que por fin me atreví a hablarle e invitarla a salir; la llevé al teatro y después, a cenar. Ella pareció estar feliz con la invitación, pues esa noche usó una blusa que permitía ver mucha piel y dejaba poco a la imaginación.
Mientras cenábamos no me podía concentrar, lo único que podía preguntarme era de qué color eran los pezones de las tetas que cenaban frente a mí. Se repitieron las salidas y después de varias de ellas por fin pude tentarle los senos. Nos besábamos y ella tomó mi mano y la colocó sobre sus chichis, yo la apreté, y aunque la tela no me lo permitió muy bien, pude comprobar que sus mamas eran de muy buen volumen.
Dulce por fin me aceptó como su novio y después de unos tragos fuimos a su departamento. Yo traía lista la pistola, pues ella se encargó de masajearla mientras manejaba, y yo estaba a punto de descargar. Esa noche por fin conocería de qué color y de qué tamaño eran sus chupones.
No perdí mucho tiempo y empecé a desnudarla. Mi reata estaba a punto de estallar, estaba tan caliente que hasta me dolía la erección. Yo le besé el cuello y cuando empecé a bajar hacia el ombligo me quedé sorprendido... los pezones no eran como los había imaginado: ¡tenían largos pelos que los hacían ver horribles!
Traté de no perder la concentración, hice un esfuerzo por seguir al pensar que eso tenía arreglo, pensé con optimismo que eso no importaba, pues podría proponerle arrancarle los pelos con mis dientes; ella gemía y yo le arrancaba uno a uno sus pelambres, se antojaba excitante.
Dulce estaba bien prendida y se bajó con mucha facilidad los calzones al mismo tiempo que me dijo: "¡Chúpame la cuca!". Yo obedecí cual soldado raso en fuerza armada y ¡zaz!, fue como si me echaran un cubetazo de agua con hielos... su ano y su vagina estaban cubiertos por una espesa alfombra de pelos crespos y no pude siquiera darle una lamidita, pues me aterroricé

Lampiña...



Tengo serios problemas con los peluches, tan me he obsesionado con rasurarme todo que incluso ya tengo irritado el pubis de tanto que me paso el rastrillo por la zona. Desde que vi una película porno con chavas totalmente rasuradas me nació la idea de quitarme los vellos. La idea de verme como colegiala me hizo retorcerme de placer y esa misma noche lo hice con Carlos, mi galán; a él le gustó que lo sorprendiera, se vino a chorros sobre mi monte de Venus despelucado. El problema es que a mí se me ha hecho obsesión no tener peluche en el estuche y todos los días me paso la máquina de rasurar, pero mi delicada piel ya tiene granitos y está muy irritada. Qué hago, pues todos se quejan: mi hombre, porque le pican mis púas, y mi anatomía, porque arde cada vez que despeluco el área.

Muy buena mano...


Ayúdame por favor, acabo de descubrir que tengo a una maniática dentro, me he empezado a masturbar con los mechones de mis clientes. Mi verdadero nombre es Samuel, pero mis clientes me dicen la Sammy. Soy la estilista oficial de la colonia y por accidente descubrí que me gusta masturbarme con los cabellos que corto después de darles champú. Lo descubrí con Jonathan, el chico más guapo de la cuadra; me encantan sus nalguitas y lo brilloso de su cabellera; él acudé a mí, pues dice que tengo muy buena mano para estos menesteres, y yo disfruto al acariciar su cabellera. Fue mi último cliente del jueves y al ver sus cabellos limpios tirados en el suelo los recogí para olerlos. Tuve una erección de inmediato, instintivamente me masturbé mientras frotaba los cabellos en mi miembro. Me encantó y desde entonces guardo los cabellos de los hombres que me gustan para darme mis estrujones peludos. ¿Qué hago? ¿Deberé acudir a un doctor para que me cure?