miércoles, 1 de junio de 2011

Pellizco


Muy al contrario de la mayoría de los hombres, me encanta pellizcarme los testículos para sentir placer, cada vez que me estoy masturbando uso la mano izquierda para jalarme con las uñas la piel de mis gumaros. Esa mezcla de placer y dolor provoca en mí orgasmos explosivos, empiezo pellizcándome quedito y después subo la intensidad hasta el grado de dejar muy adolorida la zona, me retuerzo de placer y de dolor, es algo único. Mi gusto por estimularme agresivamente los huérfanos ha empezado a repercutir en mi vida diaria, pues he descubierto que está tan afectada la zona genital que ya hasta me produce dolor sentarme o rozarme con la costura del pantalón. No quiero dejar de sentir ese placer tan loco, aunque tampoco deseo que mis compañeros de la oficina piensen que sufro de hemorroides por no querer estar mucho tiempo sentado en mi silla en el trabajo

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