martes, 15 de marzo de 2011

Dos de tres caídas sin límite de tiempo


Soy tan aficionada a la luche libre que ardo en deseos de que mi novio me haga el amor usando máscara. Tan sólo de pensarlo me mojo la pantaleta. Me encanta cómo se dan sus azotones en el ring, me excitan tanto los atuendos de los luchadores que cada vez que voy a la arena México me pongo muy caliente, al grado de que quiero ir a los camerinos de alguno de los rudos para que me haga una que otra llave mientras me la mete por detrás. Soy tan adicta a la lucha que no me pierdo ningún día del aficionado o lucha de campeonato, me encanta ver los lances y las machincuepas de los gladiadores. Me gusta tanto la lucha libe que incluso estoy pensando en decirle a mi novio que por favor me haga el amor con alguna de las máscaras que he comprado. Aunque Carlos y yo ya tenemos varios meses saliendo juntos y comparte mi gusto por el espectáculo luchístico, no me atrevo a sugerirle que me la deje ir mientras usa una máscara de Blue Demon, además, tengo miedo de que si acepta me ponga muy ruda a la hora de la hora y le dé uno que otro pierrothazo y me lo descuente. Andrea

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