martes, 15 de marzo de 2011

Por una nariz


Tremenda decepción me llevé en la pantalla de la computadora: Dora se veía bien buena, pero en persona hasta parece que tiene nariz de bruja. Después de un mes de chatear con mi amiga Dora decidí que era tiempo de romper el hielo y ver en persona los dos melones que adornaban sus blusa y llenaban mi pantalla a la hora de conectarnos, quería cerciorarme de que Dora tenía cuerpo de superponedora. Los melones de la susodicha eran tal cual los había visto en la cámara de mi computadora, pero mi sorpresa fue gigantesca al ver de perfil su aguileña nariz, era tan grande que incluso llegué a imaginar que con ésta se abría paso cortando el viento. Sus tetas me enloquecían y por más que intentaba seguir viéndolas mientras ella hablaba conmigo emocionada por el encuentro, su nariz se hacía presente al grado de que llegó a incomodarme cómo se le asomaban los pelos dentro de ella. Quisiera seguir tratando a Dora, pues no tengo otra idea en la cabeza más que la de meter mi reata entre sus dos chichis. Se me pone duro sólo de imaginar lamer sus pezones, pero se me pone flácido al recordar su horrible nariz. Mi pene dice que me eche a Dora, la ponedora, pero muy al contrario, mi cerebro grita que no me acerque a Dora, nariz de aspiradora.

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