jueves, 7 de junio de 2012

La duda...

Tengo casi cincuenta años y hasta hace poco supe que creo que soy gay. Aunque ya estoy medio cascabel, me mantengo muy bien, hago bastante ejercicio, por lo que tengo un cuerpo firme. Salí de fiesta con unos amigos y mi sorpresa fue que me ligué a una chava de treinta en el bar, ella me miró y luego luego me tiró la onda. Nos fuimos a mi departamento y tuvimos sexo desenfrenadamente. Ya para el tercer ataque mis fuerzas estaban mermando, y ella, sin pensarlo mucho, se colocó detrás de mí para masturbarme desde ese ángulo mientras me besaba la espalda. Estaba disfrutando la manuela cuando ella con un movimiento casi de rayo metió su dedo en mi ano. Yo sentí un dolor fuerte que rápidamente se transformó en placer y me vine como nunca, creo que jamás había visto tanto semen derramado sobre mis sábanas. Eyaculé entre gritos de placer y dolor. Ella sacó su dedo, me volteó, me tiró sobre la cama y me sonrió mientras se posaba sobre mí para masturbarse. Aún me dolía el ano, pero era increíble ver cómo tallaba su clítoris contra mi estómago. Me escaló e hizo que le chupara la vulva, pues estaba a punto de venirse. Olvidé mi dolor y me apliqué a darle mordisquitos en los labios vaginales y el clítoris. Fue un encuentro increíble, pero no sé si soy gay porque me gusta que me dedeen la cola.

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