martes, 1 de febrero de 2011

Colchón


Estoy por casarme y tengo un problema de apego a las revistas para adultos. Bajo mi colchón descansan colecciones completas de revistas porno donde se pueden apreciar mujeres mostrando sus más íntimos recovecos al abrir las piernas. Es mi preciado tesoro y estoy en un aprieto, pues mi chava está a unos días de venir a vivir conmigo y se dará cuenta de mi tesoro bajo el colchón. No quiero deshacerme de mi fortuna literaria, pero tampoco deseo que ella crea que soy un degenerado. ¿Qué hago, me aprieto uno y la vendo, la guardo o ya de plano le cuento a Celeste que su hombre gusta de ver a viejas encueradas en revistas para adultos?

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